Consejos para el rececho del corzo


Aquí os dejo algunos consejos para recechar a estos pequeños cérvidos...

1. - LA ROPA

- La ropa ha de ser ligera, de manera que nos permita movernos con facilidad en el monte. Pero, no nos equivoquemos, ligera no significa no llevar ropa...porque puede que nos acordemos del frio que pasamos en ese rececho toda la vida.

2. - LAS BOTAS

- Realmente, el rececho de corzo no es la caza donde más se camina...pero no obstante, debemos llevar calzado ligero, cómodo y siempre que sea posible (muy recomendable) que lleve Gore-Tex, para el frio y posible agua o nieve.

3. - EL RIFLE

- Aquí llega la gran pelea entre calibres porque por rifles está prácticamente clarisimo...se debe utilizar rifles de cerrojo o monotiros, por su precisión.

Ahora entramos en los calibres...desde el 243 Win hasta un 7 mmRM se podría calificar como calibres para el rececho del corzo. Bajo mi punto de vista eligiria entre un 270 WinMag o un 7 mmRM, además si es posible en versión SHORT (esto en cualquier calibre) porque tiene mejor rasante en igual calibre. Considero que uno de estos calibres es suficiente para abatir un cérvido de este tamaño...pensando que un 243 Win viene quedando algo cortito...si no pegas en puntos vitales...y algo como un 300 WinMag o WSM, 30-06 Sprinfield, 308 Win quedan algo excesivo...abren demasiado "agujero" en el animal.

4. - LA ÓPTICA

- La óptica es fundamental para tener éxito en los recechos. Es absolutamente imprescindible disponer de unos prismáticos de buena calidad, lo mejor que nuestro presupuesto permita. Las gangas en óptica suelen dar mal resultado. Unos prismáticos 7x42, 8x30 o 8x42 son buenos por su tamaño, ligereza y manejabilidad, aunque en algunas ocasiones se pueden quedar justos de luminosidad al amanecer o en los crepúsculos, horas en los que los corzos muestran una mayor movilidad y por lo tanto es más fácil dar con ellos.

El visor se convierte en otro elemento fundamental en esta modalidad. Tendrá que ser de buena calidad, de aumentos variables —tipo de 3-9 aumentos—, y lo más luminoso posible. La mayoría de los disparos los realizaremos con poca luz, y es precisamente en estas condiciones adversas en donde encontraremos la diferencia entre una buena óptica y una regular.

5.- LAS MEJORES HORAS

El corzo es un animal que presenta mayor movilidad al amanecer y en el crepúsculo. En estas horas será más fácil su localización. Por lo tanto, en las madrugadas antes de que despunte el alba sería necesario estar en el campo, pero cuidado, no es conveniente que comencemos el rececho si todavía no se ve adecuadamente, pues es más que probable que pasemos de largo a ese corzo que con tanta insistencia venimos buscando. En los atardeceres debemos tener paciencia y aguantar en el sitio que pensemos que el animal tiene su querencia hasta que ya no haya luz, pues los machos, y más aún los grandes, salen de la espesura cuando hay muy poquita luz. Es su manera de defenderse de su principal depredador, el hombre.

De todas formas no pensemos que sólo seremos capaces de localizar un corzo a primerísima hora de la mañana o a última de la tarde. Son muchas las veces que se localizan comiendo tranquilamente en un sembrado a las diez de la mañana. Dependerá en gran medida de la presión a la que estén sometidos en la zona en la que cazamos. Como norma general, diremos que se suele dar por terminado el rececho a eso de las diez y media de la mañana, comenzándolo nuevamente por la tarde a eso de las siete.

6. - TERRENOS Y QUERENCIAS

El conocimiento del terreno en el que vamos a realizar el rececho es desde todo punto de vista fundamental. Saber su orografía, sus accesos, los pastizales y cultivos que en el cazadero tenemos, es imprescindible para tener éxito en nuestra salida. Por este motivo es conveniente dar una vuelta por el cazadero antes del día de caza para conocerlo mejor y ver dónde están las querencias y los comederos de los corzos. Estos son animales tremendamente territoriales —los machos adultos marcan sus territorios a partir del mes de abril—. Los corzos han pasado el invierno en grupos familiares hasta ese momento, reuniéndose cinco, seis o incluso más ejemplares, pero con la llegada de la primavera esos grupos se dispersan, ocupando cada individuo su propio territorio, que defenderá con bravura ante cualquier rival que penetre en el mismo. Los machos más fuertes ocuparán los territorios más favorables y con mejores posibilidades alimenticias, permitiendo tan sólo la presencia de hembras en ese territorio y expulsando a cualquier macho que lo invada. En cada época los corzos disponen de una fuente de alimentos preferente, por lo que saber cuál es su comida en cada momento nos deparará buenos resultados. Durante el mes de abril y principios de mayo el monte todavía no se habrá recuperado de las fuertes heladas invernales, por lo que deparará muy poca comida a los corzos, y éstos por lo tanto buscarán las siembras de cereales (trigo, cebada, centeno) y forrajeras (esparcetas y alfalfas) como fuente alimenticia, siendo fácil encontrarlos en esta época en dichas zonas. A mediados de mayo y durante el mes de junio, el monte renacerá con todo su vigor ofreciendo a estos pequeños cérvidos multitud de manjares en forma de suculentos brotes y finísimos pastos, por lo que los corzos centrarán su actividad en la degustación que el bosque les ofrece, siendo más inusuales sus salidas a siembras y pastizales. Durante los meses de julio y agosto el fuerte calor ha resecado el monte, por lo que el corzo buscará las zonas más húmedas para saciar su apetito: los arroyos, las fuentes y las riberas de los ríos serán lugares preferentes en nuestra búsqueda.

7. - LA ENTRADA

Una vez que hemos localizado el corzo y que creemos que reúne las cualidades que estamos buscando vendrá la parte más decisiva del rececho; el acercamiento o entrada. La forma de realizarla se deberá tomar en breves segundos, pues el corzo es un animal que no suele estar mucho tiempo en el mismo sitio.

Además de su poderoso olfato, muy desarrollado, los corzos poseen una vista excelente, estando muy capacitados para detectar movimientos, sospechando rápidamente de las figuras y objetos extraños.

Para realizar la entrada lo primero que tendremos que ver es la dirección del aire. Una vez controlado el aire convendrá estudiar el mejor itinerario de manera que nos mantenga fuera de la vista del corzo. Otro detalle muy a tener en cuenta es realizar el menor ruido posible, evitando a toda costa pasar por zonas boscosas en donde el follaje de los árboles y los restos de ramas y hojas puedan hacer nuestra aproximación infructuosa. Según nos vamos acercando, deberemos tener en cuenta que es muy probable que el macho esté acompañado por una o más hembras, por lo que siempre tendremos que estar vigilantes a las mismas, pues si nos localizan pondrán al macho en fuga. Durante los últimos metros de nuestro acercamiento aprovecharemos cualquier accidente del terreno llegando, si es necesario, a ir a gatas o arrastrándonos.

8. - EL TIRO


Una vez que nos coloquemos a una distancia aceptable para disparar, es preferible hacerlo desde una distancia un poco mayor que el acercarnos en demasía, poniendo en fuga al corzo. Intentaremos asegurarnos y encontrar un buen apoyo para nuestro rifle. El cazador tan sólo debe disparar cuando la posibilidad de abatir al corzo sea muy alta. Es desaconsejable realizar tiros muy lejanos a animales emboscados o a la carrera, siendo preferible no realizar el disparo y dejar al animal tranquilo para otro día. Una vez que hayamos encontrado un buen apoyo, centraremos la cruz de nuestro visor sobre la cavidad torácica del corzo de manera que el tiro afecte a partes vitales procurando provocar una muerte instantánea y lo más indolora y rápida posible. Conteniendo el aire apretaremos suavemente el gatillo de manera que el disparo nos sorprenda. Una vez realizado el mismo procederemos a una recarga instantánea mientras se observa la reacción del animal. Aunque nos parezca que hemos fallado el disparo siempre es conveniente acercarse hasta el lugar en el que estaba el corzo y cerciorarnos de que efectivamente no hay sangre, pues muchas veces sucede, a pesar de su pequeño tamaño, que un corzo con un impacto mortal corre como si no le hubiéramos tocado. Con la consecución de nuestro corzo habremos puesto punto final a un rececho a buen seguro repleto de excitantes emociones.




Alguna de esta información esta sacada de la revista CazarMas


Un Saludo,

1 comentarios:

Undertaker dijo...
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